La familia, en los tiempos modernos, ha sufrido quizá como ninguna otra institución, la acometida de las transformaciones amplias, profundas y rápidas de la sociedad y de la cultura. Muchas familias
en el año 1841. Eran los tiempos de la revolución industrial y muchos jóvenes llegaron a la ciudad para buscar trabajo. Desafortunadamente, estando sin oficio ni beneficio, no eran capaces de encontrar un empleo y terminaron como rufianes en la calle o en la cárcel. Para hacer algo contra esta situación desfavorable, Don Bosco empezó a educar los jóvenes, para así habilitarlos a tener un empleo adecuado y para convertirse en ciudadanos productivos. Hoy en día, dos siglos más tarde, estamos aquí reunidos como miembros de esta gran familia que se ha extendido en todo el mundo.